Meditación con Calor interno.
La primera vez que hagáis esta meditación, debéis coger
energía calentada sólo hasta el chakra del corazón. Trabajad los demás chakras
a lo largo de un tiempo más largo. Si notáis una oleada repentina de Kundalini
que os deja mareados o agobiados, volved a concentraros en la respiración,
haciéndola mas lenta hasta que vuestra mente se haya sosegado.
Sentaos en una postura cómoda, con la espalda recta. Dedicad
unos minutos a relajaros y fijaros solo en la respiración. Cerrad los ojos y
realidad tres inspiraciones largas y profundas. Concentraos en el aire que
entra en vuestro cuerpo y que llena
vuestros pulmones y células con oxígeno generador de vida. Mientras espiráis,
imaginad que estáis expulsando los pensamientos negativos que os dominan.
Respirar normalmente otra vez mientras visualizáis los tres
canales de energía que discurren a lo largo del eje de vuestro cuerpo; el canal
central sushuma y los dos canales mas pequeños a ambos lados de este. El canal
central va paralelo a la columna vertebral y llega hasta la coronilla de la
cabeza desde la base de la espina dorsal.
Los canales laterales más estrechos comienzan en los
orificios nasales, rodean la coronilla y bajan al lado del canal central donde
se unen junto al chakra del sacro. Todos los canales son huecos, para que se
puedan llenar de energía.
Imaginad un trozo pequeño de carbón incandescente y situadlo
mentalmente dentro del canal central en el chakra del plexo solar.
Podéis notar que está caliente, pero necesitáis incrementar
su calor utilizando lentamente el mula banha, que absorbe la energía desde el
chakra raíz para avivar las llamas.
Respirad para que el aire baje por los canales laterales
hacia el lugar donde estos se unen al canal central en el chakra del sacro,
justo debajo del carbón, avivando el fuego aún más. Después, retened el aire y
meted hacia dentro la caja torácica de manera que el aire quede encerrado entre
esta y el mula banda. Observad el aumento de calor en el carbón. Espirad
lentamente, relajad todos los músculos y visualizar la energía calentada y
purificada subiendo por el canal central hacia el chakra de la corona. Repetid
tres veces, que podrán ser siete con el tiempo. En la última inhalación,
imaginad el carbón ardiendo en llamas que suben por el canal central. Las
llamas eliminan los pensamientos negativos, limpian los chakras y abren el
chakra de la corona a la energía pura que fluye hacia abajo por el canal
central hasta el fuego. Lentamente, volved a concentraros en la respiración y
después, poco a poco, id tomando conciencia de vuestro cuerpo físico. Descansad
unos instantes antes de abrir los ojos despacio.
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